Por Ami Cabrera
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En el mundo con tantas distracciones en el que vivimos, a veces olvidamos la importancia de la escucha. Sin embargo, soy una firme creyente de que la verdadera magia entre las personas ocurre cuando aprendemos a escucharnos de verdad.
Podemos aprender a escuchar
Las palabras tienen el poder de sanar, de compartir, de crear y de unir. Pero, sin la capacidad de saber escuchar y entablar un diálogo significativo, las palabras se pierden en nada.
Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra habilidad de escuchar? ¿Cómo podemos crear un ambiente propicio para la escucha? Y, ¿cuáles son los obstáculos que debemos superar en nuestro camino hacia una mejor comunicación?
La habilidad de escuchar se puede aprender, y es útil en todas las áreas de nuestra vida, en la familia, con la pareja, con los hijos, entre amigos, compañeros de trabajo, deportes, escuchar es un habilidad que nos enriquece.
En esta nota, quiero compartir algunas reflexiones y apuntes sobre cómo podemos mejorar nuestra capacidad de escucha. Vengo investigando y explorando sobre este tema porque siento que tanto yo como la humanidad entera necesitamos imperiosamente aprender a escuchar.
Escuchar es esencial
Un día, una amiga con la que también trabajo en algunos proyectos sociales me dijo a quemaropa: «Ustedes los comunicadores no saben escuchar, solo quieren hablar»… Y aunque me dolió escucharlo, en el fondo sabía que tenía algo de razón. La mayoría de nosotros escuchamos para responder, mientras escuchamos estamos preparando los mensajes para justificarnos, defendernos, posicionarnos.
Compartir esto con ustedes también es una forma de seguir aprendiendo, ya que el aprendizaje en comunicación nunca se agota.
¿qué es realmente escuchar? Es una habilidad esencial para construir relaciones significativas. Nos ayuda a comprender cómo se siente la otra persona, qué necesita, qué le duele y cómo ve el mundo. Escuchamos para comprender.
Personalmente, disfruto mucho sentarme a hablar con personas nuevas, desconocidas, especialmente aquellas que viven en lugares distintos, personas que tienen diferentes formas de vida y trabajan en cosas que no conozco. Me encanta conversar con personas que utilizan un lenguaje diferente al mío. Conocer estos mundos nuevos me enciende. Encuentro gran inspiración en conocer de sus experiencias porque amplían mi visión del mundo.
Si no sabemos escuchar
En cierta ocasión leí que dialogar es como bailar, y que el diálogo que surge de una escucha activa es una forma de cooperación que puede transformar a las personas.
Pero, ¿qué sucede cuando no sabemos escuchar? De primera, nos volvemos personas aburridas, poco atractivas, nos volvemos inoportunos y metemos la pata con frecuencia. Además, no registramos información importante, nos perdemos lo que se lee entre líneas. Cuando no sabemos escuchar, vemos el mundo únicamente desde nuestra perspectiva.
Cómo escuchar mejor
Para tener algunas pistas tomemos las cuatro fases clave que aprendí de»How to Communicate» (Mathew McKay y Marta Davis), un libro que ha estado en mi estantería durante más de 30 años. A pesar de los años, este libro tiene aún muchas cosas que enseñarnos:
- Escucha en forma activa, con toda tu atención, apaga la intención de contestar o convencer a nadie
- Escucha con empatía, entendiendo que todos enfrentamos nuestras propias luchas y nadie está de vacaciones en la vida.
- Escucha con apertura y humildad, reconoce a la otra persona como otro ser humano que necesita ser escuchado.
- Escucha conscientemente, poniendo tu atención en todo, no solo en las palabras.
Retomo esta hermosa idea del PJ Javier Rojas sobre el Arte de Escuchar, taller que tuve el gusto de compartir recientemente: La conversación es sentir la experiencia del otro. No se trata de imaginar o de suponer, sino de sentir el fondo del otro.
Pero para ello, tenemos que reconocer algunas barreras para escuchar bien, sobre esto tengo una reflexión completa pero aquí va una lista corta de lo que considero lo más importante:
Barrera #1: Interrumpir creyendo que ya entendiste lo que otra persona está diciendo.
Barrera #2: Resistir el silencio, aceptar que el diálogo necesita algunas pausas de silencio.
Barrera #3: Competir por el turno de tener la palabra, la conversación no es una competencia.
Barrera #4:Traer tu experiencia y situaciones similares en lugar de estar presentes plenamente en la conversación.
Finalmente, quiero recordarte que aprender a escuchar es posible y que esta habilidad humana tiene un poder que transforma. Te invito a seguir encontrándonos y aprendiendo juntos en este viaje donde necesitamos comunicarnos.